La madurez de Darío y el modernismo: comentario de «Lo fatal».

Este sobrecogedor poema es una expresión sutilísima, a la par que rotunda, de la poesía modernista en español. Sutil, porque los elementos característicos de esta corriente aparecen tenuemente evocados, ahogados en el pesimismo aterrador de la voz poética; rotunda, puesto que la intimidad del alma se expone con una vehemencia inaudita.

XLI

Lo fatal

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,

Y más la piedra dura porque ésa ya no siente,

Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,

Ni mayor pesadumbre que la vida consciente.


Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,                            5

Y el temor de haber sido y un futuro terror…

Y el espanto seguro de estar mañana muerto,

Y sufrir por la vida y por la sombra y por


Lo que no conocemos y apenas sospechamos,

Y la carne que tienta con sus frescos racimos,                 10

Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,

Y no saber adónde vamos,

Ni de dónde venimos…!

Edición de José María Martínez para Cátedra (2006)

www.casaamerica.esCantos de vida y esperanza (1905) desnuda con sus versos un alma exhausta y desencantada. Rubén Darío, a los treinta y ocho años, es un hombre muy diferente del que publicó Azul… o Prosas profanas. Es un hombre dolorido, que no espera de la vida más que sufrimiento. En Cantos… no encontramos dudas existenciales, sino la certidumbre de que la vida humana es un drama que estamos condenados a vivir.

Al mismo tiempo, su estilo se aleja del caudal sensorial y la exuberancia de sus obras anteriores. Sin embargo, es «el gran libro de Darío y del modernismo entero», en palabras de Oviedo1. En efecto, aunque Cantos… no sea un libro austero, se puede afirmar que Darío es más modernista que nunca en los versos secos y amargos de «Lo fatal».

Esta contradicción se explica si tenemos en cuenta que la hiperestesia, el exotismo y otros rasgos de estilo cultivados por los poetas modernistas no son la esencia de esta corriente, como a menudo se afirma. A mi juicio, la esencia del modernismo hispanoamericano como movimiento literario es el afán de regeneración espiritual que mueve a los escritores. Esto se puede manifestar en un lenguaje frondoso y ubérrimo con el que el autor protesta por la vulgaridad material de su tiempo, como se puede apreciar en Prosas profanas; o en ambientes refinados que albergan objetos artísticos para señalar la superioridad de las almas cultivadas, como en Lugones; o en la exaltación de las raíces latinas y de las relaciones con España y Francia por oposición a la política expansionista de los Estados Unidos, como en el propio Darío, en Rodó o en Larreta. En todo se aprecia un anhelo por alcanzar la obra de arte excelente que procure solaz intelectual y perfeccionamiento al ciudadano americano, cuya vida diaria ven sumergida en un materialismo burgués y ramplón2.

Tal anhelo de regeneración espiritual empuja a los intelectuales a buscar lo inaudito, lo novedoso. La descarnada introspección de Cantos… es, por tanto, plenamente modernista, puesto que Darío muestra su intimidad con una franqueza nunca vista. Esta actitud influye imponderablemente en la poesía del siglo XX, como acredita la lista de autores que reconocen a Darío como maestro: Lugones, Larreta, Rodó ( a pesar de sus críticas), Valencia en América; los Machado y Juan Ramón Jiménez, nada menos, en España, por citar a unos pocos.

Así pues, en «Lo fatal» aparecen elementos característicos del modernismo, como la naturaleza, los sentidos y el erotismo, evocados en el atardecer amargo del poeta. La trayectoria vital de Rubén Darío es la del modernismo: desde el poderío juvenil hasta la lucidez de la edad madura, Darío cierra el ciclo de este movimiento. Tras él, hay literatura modernista de gran calidad, pero difícilmente reflejará el alma humana con la honradez y la magnitud del nicaragüense.

El tema central es el profundo dolor que la vida causa en la voz poética. El vacío de la existencia humana, el temor a la muerte, la ignorancia del futuro, todo produce una desolación indecible en el poeta. Como ya hemos dicho, no trata de las dudas de un hombre ante la muerte, sino de la lucidez de quien ha vivido y sabe que no hay sino pesar en la existencia humana. El tono sombrío, implacable, convierte esta composición en un cierre tajante de Cantos de vida y esperanza, así como en una cumbre de la lírica en español.

La madurez del poeta se desvela en el estilo sentencioso y filosófico de la primera estrofa. Sentencioso, por la estructura argumentativa que proporcionan la causal y la consecutiva (versos 2 y 3) y por el dramatismo de las comparativas («no hay dolor más grande»); filosófico por la idea schopenhaueriana según la cual el conocimiento engendra infelicidad, y la felicidad es la ausencia de dolor. Así, la única manera de ser feliz consiste en no sentir, como el árbol «dichoso» y de la «piedra dura». La voz poética, mientras no alcance un estado lisonjero de ataraxia, está condenada a sufrir3.

Por otro lado, «árbol» y «piedra» son apenas sombras de la naturaleza y de los objetos favorables al embeleso sensorial (es decir, que de aquella piedras preciosas, en el alma del Darío maduro ya sólo queda «piedra dura»).

El resto del poema se construye en torno a contraposiciones que transmiten con eficacia la zozobra íntima de la voz poética. El quinto verso, por ejemplo, es extraordinario. Más que una contradición, es una compleja estructura en la que la existencia («ser») y la ausencia de conocimiento («no saber nada») se entreveran en una pavorosa definición de la vida humana («ser sin rumbo cierto»).

El pasado («el temor de haber sido») y el futuro («un futuro terror») conforman una nueva oposición en el verso sexto, en la que la vida aparece dominada por el miedo, el «espanto» ante la muerte del verso séptimo.

En el verso décimo encontramos otro pálido vestigio del fulgor modernista. De la voluptuosidad pretérita nos queda una imagen, la «carne» como «frescos racimos». La estructura paralela del verso decimoprimero transforma la carne en «tumba» y los «frescos racimos» en «fúnebres ramos». Nótese el recurso fónico unido a la contraposición para transmitir lo inexorable del lecho postrero. El último verso, quebrado en 12 y 13, es la declaración definitiva de la congoja existencial del poeta, como si él mismo y su voz se doblaran, abrumados por una aflición inefable.

En definitiva, «Lo fatal» supera los límites del modernismo al presentar sentimientos universales como el desencanto y el sufrimiento que procura el existir humano. El lenguaje claro y directo de estos versos es el resultado de la evolución personal y poética del autor, una de las más señaladas de la literatura en español. Con los años, el estilo de Darío toma el camino más laborioso: la búsqueda de una expresión más sencilla. Por tanto, en Cantos…, Rubén Darío refuta las opiniones superficiales que lo relacionan con cisnes blancos, exóticas princesas y florido decir lírico, un sí es no es almibarado. Esto no quiere decir, empero, que Darío abandona el modernismo para cultivar una poesía seria. Al contrario, el modernismo alcanza su madurez gracias al genio poético del americano y puede postularse, con estas credenciales, como una de las más altas empresas intelectuales y literarias del siglo XX.

1José Miguel Oviedo, Historia de la literatura hispanoamericana 2. Del Romanticismo al Modernismo, Alianza Editorial, Madrid, 2005.

2Actitud típica de los intelectuales de cualquier época. El refinamiento espiritual es encomiable, pero tampoco hay que censurar la búsqueda del progreso material. En primer lugar, porque cada uno cifra su felicidad en lo que le parece conveniente; en segundo lugar, porque ellos mismos se benefician de una mejor asistencia sanitaria, de la higiene y comodidad en las viviendas y de otras cosas sin que eso les parezca digno de reproche.

3. – Schopenhauer aparece citado como inspiración del mismo sentimiento en Andrés Hurtado, protagonista de El árbol de la ciencia. El desencanto del joven que no halla a nadie que le proporciones la sabiduría que ansía ( ni su padre, ni sus profesores, ni sus superiores) concuerda con los sentimientos aquí descritos (“ser, y no saber nada”).

33 comentarios en “La madurez de Darío y el modernismo: comentario de «Lo fatal».

  1. La verdad q mucho no lo entiendo a ese poema!
    Necisito darle una explicacion de lo q intenta transmitir el autor y no se q escribir..
    Se m complica bastante y no encuentro ayuda por internet!

    Besoss

    • el autor transmite dolor angustia desesperación preocupación por la muerte segura y el esta agonizando y en su agonía se dice :

      y la tumba que aguarda sus fúnebres ramos

      Y no saber adónde vamos,

      Ni de dónde venimos…!

      espero te abra servido !!!!

  2. Hola Juana

    Gracias por tu comentario. “Lo fatal” transmite el pesimismo del poeta frente a la vida. El poeta no le encuentra sentido a la vida, piensa que todo en la vida es sufrimiento. Por eso dice:

    Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo (verso 3)

    Por esa misma razón envidia al árbol y a la piedra. Son incapaces de sentir y, por tanto, no sufren.

    Para el poeta, el hombre está completamente perdido y no sabe para qué está viviendo. Lo único seguro es que algún día va a morir:

    Y el espanto seguro de estar mañana muerto,(verso 7)

    Y la tumba que aguarda […] (verso 11)

    En resumen, el mensaje es que la vida no tiene sentido y que no sabemos nada, salvo que vamos a morir. Es una pregunta que el ser humano se hace casi desde que existe. De hecho, esta es la cuestión central de la filosofía en cualquier época: ¿Merece la pena vivir la vida? ¿Podemos llegar a ser felices en este mundo?

    Espero que te quede todo más claro con esto. No dudes en contestarme si tienes cualquier pregunta sobre el poema, si hay un verso que no entiendes o lo que sea.

  3. Hola soy alumna de 2º de Bachillerato y tengo que hacer un trabajillo sobre este texto alguien me puede hacer un comentario critico para que pueda entender un poco el texto? gracias a todos!

  4. Gran poema, trata de interpretar la soledad intrinseca que llevamos dentro desde el momento de nacer, y hasta morir, y evoca por supuesto la consntante busqueda del hombre y la eterna pregunta, ¿ Que sentido tiene nuestra existencia?

    • Si te fijas un poco antes de dar lecciones, verás que escribo los títulos en cursiva. Se subrayan cuando se escribe a mano. «Lo fatal» es el título de un poema y, como tal, se escribe entre comillas.

    • El poema habla de la incertidumbre absoluta en la que vive el ser humano: sólo sabemos una cosa, que vamos a morir. Por otro lado, el ser humano con sus inquietudes y sus temores sigue siendo el mismo a pesar del progreso tecnológico: ni Facebook ni Twitter podrán aliviar la angustia de aquel que reflexiona sobre su vida. Sin embargo, nos comportamos como si la tecnología fuera la solución, y asistimos encantados a la formación de generaciones enteras de ignorantes que creen saberlo todo porque tienen un iPad.

      También se podría reflexionar sobre un paralelismo entre la oposición central del poema (vida / muerte) y una oposición implícita en el artículo (conocimiento / falta de conocimiento). ¿Qué es la “vida consciente”? ¿Estar conectado a internet? ¿Qué es “ser”? ¿Qué es “saber”? ¿Nos dirá la tecnología “hacia dónde vamos”?

      En fin, yo tengo un iPad y eso no quiere decir que yo confíe en la tecnología para “saber” o ser feliz. La gente no es tan imbécil, y por eso procuro no dar lecciones de moral y despreciar a los demás, como suelen hacer en El País.

  5. A. Hernández no paras de sorprenderme… cada aportación que realizas es mejor y mejor…

    P.D: /CLAP «La gente no es tan imbécil, y por eso procuro no dar lecciones de moral y despreciar a los demás, como suelen hacer en El País.»

  6. Sublime. Haces unas deducciones muy interesantes como la de:
    «el conocimiento engendra infelicidad, y la felicidad es la ausencia de dolor. Así, la única manera de ser feliz consiste en no sentir»

  7. hola. la verdad q mucho no lo entiendo a ese poema! alguien me puede hacer un comentario. cuales son la preocupaciones expuestas por el poeta en este texto. gracias

  8. lo que pasa que el dice Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, osea lo k acaba de nacer y también dice.

    Y más la piedra dura porque ésa ya no siente, osea lo que ya este o esta muerto por que ya no siente y el se expresa por su vida por lo tanto el se dirige a la vida dura o pesada y a la vida fácil y rápida por lo cual la conclusión es mas vale no sentir dolor k sentir dolor por lo que vives o estés viviendo. gracias

  9. Este texto me impresiona desde la primera vez que lo leí hace más de treinta años gracias a un trabajo escolar. Desde entonces lo tengo presente y recurro a su lectura con asiduidad por el mero placer de releerlo despacito. Hoy como tantas otras veces, lo he buscado en la red y he topado con este comentario. Gracias A. Hernández, he hecho mías tus palabras porque describes a la perfección lo que siente el autor y lo que hace sentir al lector con esta obra, y me ha encantado que alguien la conozca y admire tanto como yo.
    Lo dicho, GRACIAS.

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